Telómeros: la nueva pista contra el envejecimiento
Imposible de observarlo sin el microscopio. Sin embargo, las células de nuestro cuerpo se renuevan constantemente. Gracias a este fenómeno nuestro pelo y nuestras uñas vuelven a crecer, nuestras heridas cicatrizan y nuestra piel permanece firme y tensa. Pasa lo mismo que en el interior.
Esta regeneración permanente es posible ya que nuestras células tienen la capacidad de “dividirse” para reemplazar las viejas y así preservar la integridad de los tejidos.
A este proceso se le denomina división celular.
Para evitar que una mala duplicación del ADN no provoque mutaciones en la nueva célula, nuestras hebras de ADN están protegidas por “capuchones”: los telómeros.
El problema es que, a cada división celular, estos capuchones que protegen las extremidades de los cromosomas se acortan un poco. Cuando una célula ya no tiene más telómeros que protejan su ADN, deja de dividirse. A este proceso se le denomina senescencia. Es en este momento que aparecen los primeros signos visibles del envejecimiento.
La reducción de los telómeros está estrechamente ligada al envejecimiento celular.
La largura de los telómeros puede compararse a un reloj de arena. La arena cae poco a poco y a medida que pasa el tiempo.
El increíble descubrimiento de 3 científicos ganadores del Premio Nobel
En 2009, tres investigadores estadounidenses, Elisabeth Blackburn, Carol Greider y Jack Szostak descubrieron una enzima que puede ralentizar el envejecimiento. Es la telomerasa. Esta enzima permite ralentizar el acortamiento e incluso alargar los telómeros.
En el organismo, la telomerasa es la responsable del ensamblaje de los nucleótidos (los ladrillos que componen nuestro ADN y los telómeros).
Un estudio en 2017 indica que el riesgo de mortalidad, para todas las causas, es significativamente mayor entre las personas con telómeros más cortos [1]. Por lo tanto, la preservación de sus telómeros es una de las formas más seguras de vivir más tiempo con buena salud.
Los activos únicos de la Fórmula Telómeros:
Un extracto de la raíz de astrágalo titulada en substancias activas (astragaloside IV y cicloastragenol). Estas substancias activas favorecerían especialmente la activación de la telomerasa.
El té verde contiene en sus hojas numerosos polifenoles con propiedades antioxidantes [2]. Sin embargo, el estrés oxidativo es considerado como una de las principales causas del envejecimiento.
La carnosina, un dipéptido de la beta-alanina. Esta molécula se reencuentra naturalmente en el tejido muscular y cerebral.
Las vitaminas B9 y B12 (metilcobalamina) son cruciales en la Fórmula Telómeros ya que la falta de una u otra de estas 2 vitaminas se asocian con una síntesis de ADN pobre y por lo tanto una perturbación en la proliferación celular [3].
Referencias científicas:
[1] Ute Mons et al, "longitud de leucocitos de los telómeros y por todas las causas, la enfermedad cardiovascular, y la mortalidad por cáncer:. Resultados de-participante-datos individual meta-análisis de dos grandes estudios prospectivos de cohorte", American Journal of Epidemiology 185, No. 12 (2017): 1317-1326.
[2] T. L. Lunder, "Catechins of Green Tea: Antioxidant Activity" (Publicaciones de ACS, 1992).
[3] Michael Fenech, "El folato (vitamina B9) y la vitamina B12 y su función en el servicio de la integridad del genoma nuclear y mitocondrial," Mutation Research / mecanismos fundamentales y moleculares de mutagénesis 733, No. 1 (2012): 21-33.